Tiene un procesador ARM Cortex A8 que es anterior al Cortex A9 de la Toshiba AC 100 por lo que es algo más lenta. Pesa sólo 930 gramos. Se vende a 249 dólares en EE.UU.
A medida que el soporte para ARM mejora en Linux, la idea es que se podrá instalar cualquier distribución como se hace en cualquier computadora con procesador x86.
Apenas se ha empezado a vender en algunos países europeos una de las primeras netbooks con procesador ARM. La Toshiba Dynabook AC 100 tiene procesador NVidia Tegra 2 de dos núcleos a 1 GHz, 512 MB RAM DDR2 y 8 GB de almacenamiento interno, extensible con tarjetas SD de hasta 32 GB.
Ya hay mucho interés en instalar Ubuntu y hasta ahora hubo mucho progreso.
Toshiba está introduciendo en el mercado un nuevo tipo de producto y debe estar atento qué quieren hacer sus consumidores con él. Si Ubuntu funciona bien en esta netbook con ARM, entonces podría vender más.
Por lo que se ve, con las limitaciones del caso, anda muy bien.
Procesador ARM Cortex A9: SÍ (NVidia Tegra 250 dual core 1 GHz)
512 MB RAM: SÍ
8 Horas de batería: SÍ
Disco de memoria flash: SÍ
Teclado completo: SÍ
Pantalla LCD de LED: SÍ
Bluetooth: SÍ
Webcam: SÍ
Lector de tarjetas SD: SÍ
Puerto USB: SÍ
Wifi: SÍ
Salida de audio: SÍ
Menos de 1kg de peso: SÍ
Ubuntu: NO (¿se podrá instalar?)
precio: ~ USD 500
Si funciona con Ubuntu, esa netbook (o smartbook) a USD 500 será un golazo. Además de pesar sólo 870g, su grosor es de 14 mm en la parte más fina y 21mm en la más gruesa.
Quisiera ver qué tal funciona Ubuntu con ese procesador y 512 MB RAM. No me preocupa el disco de 16 GB. Me preocupa un poco que no tenga entrada de red ethernet, se tiene que hacer todo en forma inalámbrica, pero bueno, es un smartbook. Sale a fin de mes en los países centrales (léase Europa). Veremos qué pasa.
Y eso a pesar de que en un sistema de 64 bits funcionan todas las aplicaciones de 32 bits. No hay incentivo para que los proveedores de software ofrezcan versiones de 64 bits de sus programas, lo que resta interés de instalar el sistema operativo de 64 bits. Un verdadero círculo vicioso.
Sacando los dueños de una netbook con procesador Atom, casi todos ahí afuera están desperdiciando capacidad de cálculo y no pueden usar más de 4 GB de memoria, entre otras limitaciones. ¿Por qué? Porque en una plataforma cerrada un cambio de arquitectura es prácticamente imposible y aún con todas las condiciones para poder llevarlo a cabo, es un proceso lento y que jamás se completa.
En cambio en Linux, todos usan versiones de 64 bits desde hace por lo menos 4 años. En Linux todos los programas están disponibles en versión de 64 bits y hacen uso de todas las características de los procesadores modernos. Esta flexibilidad es debido a que la enorme mayoría de los programas está disponible con su código fuente para ser compilado a piacere. Aquellos que no lo están, son los menos y sus proveedores se adaptan a lo que esperan el 100% de los usuarios de Linux: proveen versión de 64 bits.
Esta flexibilidad tiene una ventaja invalorable sobre Windows y OS X: próximamente habrá computadoras con procesadores ARM. Con sólo recompilar todos los programas y arreglar los pocos problemas de compatibilidad que surjan en algunas aplicaciones, se dispone de todo el software en una plataforma nueva. Eso que se escribe tan simplemente es prácticamente imposible de llevar a cabo con Windows.
Aún si Microsoft compilara Windows para ARM, no habría aplicaciones disponibles. Tendrían que colaborar todas las empresas que venden programas para Windows y es muy difícil que todas encuentren un motivo para poner tiempo, esfuerzo y dinero en portar sus aplicaciones a una nueva plataforma. En cambio en el mundo Linux, la misma empresa que vende procesadores ARM está colaborando para que todos los programas de Linux estén funcionando bien en sus procesadores. Lo puede hacer porque el código fuente de todos esos programas está disponible para ser mejorado.
Puede ser una revolución o un paso más hacia la convergencia digital. Varios fabricantes están preparando computadoras portátiles (netbooks) con procesador ARM.
Estos procesadores (que son omnipresentes en teléfonos móviles como el iPhone o cualquier smartphone Nokia) tienen varias ventajas en cuanto a precio y a consumo por lo que prometen más horas de batería.
Todavía no hay oferta de este tipo de netbooks en el mercado masivo porque se está trabajando para afinar la experiencia con el software.
Windows no se puede ejecutar en ARM, por lo que los fabricantes están experimentando con Ubuntu para darle a sus potenciales compradores una experiencia de notebook y no de una tablet o smartphone.
iPhone y iPad ya corren sobre ARM, pero tienen sistemas operativos específicos, distan de ser una notebook. Los teléfonos que corren Android, corren sobre Linux con ARM, pero son teléfonos. El Nokia N900 tiene un procesador ARM y ejecuta Maemo que está hecho con Linux, pero no llega a ser una netbook porque los programas que se pueden usar deben ser adaptados. Se planea que la próxima encarnación del Nokia N900 sea más parecido a una netbook al reemplazar Maemo con Meego.
Cada nuevo producto borra más y más las diferencias entre netbook, notebook, teléfono y tablet.
Ahora con la próxima llegada de netbooks con ARM y Ubuntu se puede tener una netbook con más autonomía y con la misma experiencia que una notebook tradicional en cuanto a posibilidad de instalar y usar software.
¿Habrá netbooks con ARM y con Windows? Todo parece indicar que no por ahora y tal vez nunca las haya. El problema no es Windows únicamente, sino lo difícil que es lograr que todos los programas para Windows se consigan compilados para ARM. Basta ver que hoy en pleno 2010, cuando desde hace 5 años todos los programas para Linux están disponibles para 64 bits, ningún programa para Windows lo está.
Quienes tienen Windows de 64 bits saben que no existe casi ningún programa, gratuito o pago que ofrezca versión de 64 bits.
Está claro que una netbook con ARM que dé 8 horas de autonomía con batería, que no lleve ventilador y que tenga Ubuntu sería un golazo para muchos.